Han pasado bastantes años desde que Mozanbique ocupara portadas de periódicos internacionales a causa de la guerra civil que se libraba en él entre partidarios del Frelimo y la Renamo con el apoyo de Tanzania y Sudáfrica. Tras la firma del tratado de paz de Roma, en 1992, millones de minas han sido desactivadas y el país goza de una envidiable estabilidad política para la media africana. Esto ha permitido que haya comenzado a ponerse de moda como destino turístico a pesar de sus aún escasas infraestructuras. La carretera nacional que lo atraviesa de Sur a Norte, desde Maputo, la capital, a Cabo delgado, frontera con Tanzania, es la columna vertebral a lo largo de la cual acceder a paradisiacas playas, a sus más de diez etnias y lenguas y a la amabilidad y alegría de sus gentes.
Después de un viaje de diez horas desde madrid a Johannesburgo, vía Amsterdam, llegamos a maputo a bordo de un Airbus 320. El primer contacto con el país fué a través de uno de sus periódicos: Savana. Aparte de una entrevista a Marcelino do Santos, uno de los fundadores del Frelimo, que lamentaba que ya no existía crítica en el partido, lo más llamativo era una página entera dedicada a la publicidad de "médicos tradicionales" con chiste incluido (ver foto). En el aeropuerto cambiamos dolares por Meticais (1 euro= 40 meticales), alquilamos dos 4x4 (un Ford de 4 plazas y un Mazda) y así, con las advertencias de la Lonely Planet resonando en nuestros oidos como una maldición- "conducir en Mozanbique es un ejercicio de riesgo debido a lo intransitable de las carreteras, los diferentes objetos que se cruzan en ellas, desde perros hasta arboles caidos.." y "conducir de noche es muy peligroso y absolutamente desaconsejable"- emprendemos el camino a Tofo, la primera localidad costera que dista 450 kms, famosa por sus lugares para bucear, ver mantas gigantes, tiburon ballena y ballenas jorobadas.
En nuestro iluso plan de viaje contemplabamos parar en la playa de Xai-Xai para comer y llegar, hacia las 19h tras un viaje de cinco horas con el atardecer a Tofo. Sin embargo, nada más ponernos en ruta descubrimos nuestro error. En Mozanbique se conduce por la izquierda y con coches con el volante a la derecha. La razón es que en 1995 el país se incorporó voluntariamente a la Commonwealth siendo el único del mundo que es miembro de la misma sin haber sido colonia Inglesa. Así que, entre hacernos a los mandos- cada vez que querías poner el intermitente le dabas al limpiaparabrisas...muy divertido- y el terror que nos produjo enfrentarnos al caótico tráfico de las afueras de maputo -con coches que circulan por medio de la calzada como si fueran los amos de la misma- la cosa se fué complicando. Al cabo de tres horas no habíamos completado siquiera cien kms y decidimos parar a echar gasolina y comprar algo de comida, más valía prevenir...Compramos los platanos, latas de atún, pan de molde y chucherías más caras del país, y por primera vez sentimos el tacto de los billetes usados. En ese momento descubrimos algo más: en Mozanbique, en Agosto, oscurece a las 17h así que el resto del camino, cerca de 300 kms, los haríamos...Oh, sí! de noche!.
Pero, "Audaces fortuna iuvat" así que tras innumerables baches y esquivar in extremis un poste de luz, que asomaba sobre la carretera a la altura perfecta para decapitarnos a la velocidad que íbamos, llegamos a Casa Barry, en Tofo, donde alquilamos una cabaña con tres habitaciones para los seis. Nuestro primer hogar con mosquiteras. Nuestra primera cena a base de "peixe grellhado" y un coche atrancado en la arena que hubo de ser sacado al día siguiente mediante un torno. Aún no habíamos aprendido a usar la "reductora".
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